8.23.2008

VASOS DE HONRA


VASOS DE HONRA


“Instruye al niño en su camino, Y cuando fuere viejo no se apartara de el.”
Proverbios 22: 6

“Morara el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostara, el becerro y el león y la bestia domestica andarán juntos, y un niño los pastoreara.” Isaías 11: 6


“Para que si tardo, sepas como debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y valuarte de la verdad.”
1 Timoteo 3:15

Así que si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.”
2 Timoteo: 2:21



Introducción:

Hemos llegado al punto mas importante, de la escuela Dominical, los niños. Ellos son los dueños del reino de Dios. “Porque de los tales es el reino.” Ellos deben ser vasos honrosos para Dios. Y para ello Dios te ha escogido para que los llenes. Esto es un asunto de gran responsabilidad, en los estudios anteriores ya hemos hablado de esto. Ahora nuestra atención debe centrarse en ellos. ¿Qué significa instruirlos en sus caminos? ¿Por qué Dios toma en cuenta a un niño para pastorear? ¿Por qué es tan importante, que los niños sepan comportarse en la iglesia? ¿La voluntad de Dios es que sean vasos útiles y preparados para buenas obras, o que sean para deshonra? ¿Cómo logramos esto? En esta parte responderemos a estas interrogantes y aplicaremos algunas sugerencia para lograrlo.

Desarrollo:


“SEMBRANDO UN ÁRBOL DERECHO”


Cuando sembramos un árbol, tenemos el cuidado de hacerlo bien, limpiamos la tierra, la abonamos, regamos y luego plantamos el árbol. Tratamos que este salga derecho o en dirección correcta hacia arriba, y le ponemos si es necesario una ayuda bien sea un palo, o una estaca de madera, para que crezca derecho. Pues cuando crece es muy difícil enderezarlo. Sus ramas y troncos crecen y cojan el rumbo que nosotros, le demos. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, vemos que el Señor imparte instrucciones bien precisas, para que los niños crezcan bajo el temor de Dios. Y no se aparten de sus caminos.

“Instruye al niño en sus caminos,…” siempre utilizamos el texto para referirnos a los caminos de Dios. Y esta muy bien. Pero también significa en su vocación, o carrera a seguir. Por ejemplo: si un Padre instruye a su hijo desde pequeño a ser un medico o abogado, el crecerá con esa ilusión en su mente y cuando llegue el momento para tomar la decisión el seguirá la carrera por la cual fue encaminado por su Padre.

Lamentablemente, así ocurre en las cosas malas, si tu encaminas a los hijos para que estos practiquen cosas malas, ellos las harán cuando lleguen a viejos aun las practicaran. Por tal razón el ejemplo y las enseñanzas que les demos a los niños esa será la cosecha que darán en el futuro.

Ahora bien, en cuanto al temor a Dios, entendiendo que temor significa, mas bien reverencia y respeto que miedo. El verso nos dice que hay que aplicar el principio que hemos venido diciendo, sembrarlo en el corazón de los niños y en sus mentes la reverencia y el respeto a Dios y cuando sean viejos, no se apartaran de ellas. Siempre tendrán ese respeto a Dios.

“Y los hijos de ellos que no supieron, oigan y aprendan a temer a Jehová, vuestro Dios, todos los días que viviereis sobre la tierra a donde vais…”
Deuteronomio 31:13

Entonces, para Dios es importante aplicar en los niños, la instrucción, corrección y orientación de su Palabra. En el Antiguo Testamento, era necesario que ellos vivieran con esa reverencia y respeto a Dios pero ahora debe ser preparado para vivir dentro y fuera de la iglesia.

“Para que si tardo, sepas, como debes conducirte en la casa de Dios…”


La intrusiones del antiguo Testamento eran iguales a las del nuevo debían ser instruidos para vivir delante de la presencia de Dios. Con reverencia y una conducta respetuosa pues la iglesia es la casa del Dios Viviente.

En una casa hay vasos que son para usos de honra y otros para deshonra, pero la voluntad de Dios, es que seamos vasos de honra, dentro de su casa. Y también afuera. Pero para ser vaso de honra se deben hacer tres cosas:

1.-Limpieza Espiritual.

“Así que si alguno se limpia, de esta cosas, será instrumento para honra…”

¿Cómo, los niños no son inocentes, no son puros?

Todo niño que tiene uso de razón ya es consiente, y necesita al igual que los adultos ser limpiado por la sangre de Cristo. “todos somos pecadores y estamos destituidos de la gloria de Dios.” Por tal razón lo primero que debemos hacer es que los niños, sean conducidos a la fuente eterna de la salvación, Jesucristo. Deben confesar y recibir a Cristo como Señor y Salvador. “Pues en pecado me concibió mi madre” pero el Señor dice:

“Venid y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueran como la grana, como la nieve serán emblanquecido. Si fueren blancos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” Isaías 1:18

La responsabilidad del maestro es hacer que los niños sean consientes de esto y conducirlos a los pies de Cristo.


2. Consagrarlos para el Señor.

“Santificados, útil al Señor…”

Cuando hablamos de santificar y consagrar, estamos hablando de apartar para Dios a los niños. Igual que una profesión o deporte. Si un soldado se alista en la carrera militar, debe estar apartado de otras cosas pues el le esta sirviendo a la nación. Y tiene que agradar a sus superiores. Así mismo debemos consagrar a los niños para Dios. Ellos deben saber del amor de Cristo, a tal punto que en respuesta a ese gran amor, ellos puedan en gratitud consagrarse a el. ¿Cómo se logra? El Señor en su oración por los discípulos, dijo:

“Padre santifícalos en tu verdad, tu Palabra es la verdad” Juan 17:17

La palabra es la semilla incorruptible que puede transformar y apartar a los niños en amor y gratitud a la obediencia como respuesta del amor Divino.
Si la Palabra que llevamos es sembrada en sus corazones, con amor y sinceridad, el Espíritu Santo se encargara de hacer germinar, esa semilla y en respuesta a eso veremos niños creciendo y comprometidos con Dios.

3.- Útiles y sirviendo al Señor.

“Útil al Señor y dispuesto para toda buena obra.”

Que hermoso ver un niño predicador, difícil, no lo hemos visto por vídeos, como se da esto, cuando llenamos con nuestro ejemplo y amor a esos vasos, de la Palabra de Dios. Entonces el Espíritu Santo derramara sobre ellos sus dones, para capacitarlos, les recordara las Escrituras y la usaran para la gloria de Dios. No en vano Escribió el Señor en Isaías que un niño vendría a pastorear, sobre la furia y mansedumbre animal, que se refleja en los seres humanos, ciertamente se nos profetizaba al Señor como nuestro pastor, pero esa era de paz vendrá a la tierra y entonces los niños sin temor alguno podrán ser siervos de Dios, como hoy se levantan para otras profesiones.

“Ninguno tenga en poco tu Juventud, sino se ejemplo de los creyentes en,
Palabra, conducta, amor, Espíritu, fe, y pureza.” 1 Timoteo 4: 12
Menospreciar a los niños y jóvenes es pecado, decir que son unos popy, es pecado, por el simple hecho de que quieran servir al Señor. Pero los que realmente son cristianos tendrán encuenta las palabras del apóstol Pablo:

“ninguno tenga en poco tu juventud”

El Señor a la edad de doce años, enseñaba y les predicaba a los maestros de la ley, quienes más tarde lo mandaron a matar. Y ¿por que? Porque en el se había cumplido la profecía del niño pastor:

“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y su principado sobre sus hombros, y se llamara su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre Eterno Príncipe de Paz.” Isaías 9:6

Los niños, son el ejemplo para los creyentes en el reino de Dios, ante la ambición de muchos que pretendían sentarse en la cátedra de Moisés, por tal razón fue como niño primeramente ante los maestros de la ley. Y les enseñaba y aconsejaba y ellos quedaban maravillados. Pero cuando ya era grande les aconsejo a sus discípulos que trataran de tomar el ejemplo de un niño, y tomando uno lo puso en medio de ellos para explicarles que si alguien quería ser grande en reino de los cielos debía ser como un niño. Pero veamos el pasaje:

“… Y llamando Jesús a un niño lo puso delante de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y hacéis como niños, no entrareis en el reino de los cielos. Así que cualquiera que se humille como este niño, ese es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mi me recibe.” Mateo 18: 1 al 5

Que sigan menospreciando y diciéndole popy a los siervos de Dios, que el Señor tiene un buen lugar preparado a esos burladores.

Como podemos notar, el Señor les enseña a sus discípulos que para ser más importante y ocupar “puestos” no solo es por dinero, por sabiduría o conocimiento intelectual sino más bien. Por ser humilde, tener la sencillez de un niño. Cuando hablamos de sencillez, hablamos de una persona que no tiene doble sentido, que esta por delante contigo y por detrás te niega. Sino que es real sin fingimiento, no tiene malicia en su manera de obrar. Que depende de su maestro y lo recibe con toda humildad, puesto que para enseñar debe ser enseñado, y al final los dos serán iguales, porque el maestro no es mayor que su discípulo.

Entonces, para ser como un niño y poder enseñarles y que esa enseñanza quede en sus corazones debemos ser como niños. Veamos algunas sugerencias para ser como niños:

1.-No seas altivo(a) a la hora de enseñar.

No quiere decir que no tengas autoridad, cuando te preparas y oras tendrás autoridad, y todos se sujetara a tu dirección. Pero la altivez es consecuencia de mala preparación y los niños lo notaran y despreciaran esa enseñanza.

2.-Ponte al nivel de ellos.

Un niño es sencillo, no tiene dobles de corazón, se honesto(a), enséñales con propósitos honesto no para vanagloriarnos nosotros y decir que somos buenos “maestros(as)” sino para que ellos puedan reflejar a Jesucristo en sus vidas, se tu también sencillo, fiel, amoroso que inspira confianza y sinceridad y sobre todo comprensión puesto que ellos son niños y necesitan que los comprendan con amor y disciplina.

3.-Se un amigo mas que maestro.

Esto es muy importante, si llegamos a que los niños nos vean como amigos, más que unos maestros que solo impartimos clase y no tomamos en cuenta sus trabajos, esfuerzos y necesidades difícilmente nos seguirán. El señor les dijo a los discípulos:

“Vosotros sois mis amigos, si hacéis los que yo os mando. Ya no os llamare siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor. Pero los he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mis Padre, os lo he dado a conocer.” Juan 15:14 y 15

El maestro es un amigo, el le enseña y ve las necesidades de sus alumnos, los orienta y le brinda su amistad y apoyo. Conoce sus inquietudes, y le ayuda en oración. Sabe lo que ellos viven pues ya las ha vivido y les ayuda a canalizar sus emociones y les inculca los valores de Dios por medio de sus Palabra. Esta con ellos en todo momento.

4.- Aplica la doble RR: Resalta y Recompensa sus trabajos.

Esto estimula a los alumnos, para que sigan buscando del Señor y les anima a seguir en las clases. Cuando tomamos en cuenta sus trabajos, ellos verán que son tomados en cuenta, y que tu evaluación es para corregir y premiar su labor. Es interesante saber que el Señor hace lo mismo con su iglesia. Si lees el libro de Apocalipsis en los tres primeros capítulos veras al Señor haciendo una evaluación de las iglesias, mostrando, corrigiendo, exhortando, animando, y prometiendo galardones.


Ejemplo: Apocalipsis 2: 7; 11; 17; 25 al 29; Cap. 3: 5 y 6; 11 al 12; 20 al 22


5.-Tener una meta: “Uno o varios de tus alumnos serán maestros como tu”

Esto debe ser la meta de todo maestro. Preparar a sus alumnos para que ellos puedan desempeñar la función de maestro. Esto fue lo que el Señor hizo con sus discípulos. Los llamo y los enseño durante tres años y luego les envió con la misma tarea, y es mas, les dijo que cosas mayores harían. La meta del maestro es preparar a sus alumnos, para que ellos enseñen a otros. No es fácil pero vemos que hoy los niños ya tienen un desarrollo intelectual avanzado y no debemos extrañarnos que niños de doce años en adelante puedan estar dando las clases a sus hermanos de la escuela dominical, como nuestro Señor a los doce años.

Textos: Mateo 28:19 y 20; Juan 13:20; Juan 14:12 al 14; Lucas 2: 46 y 47

Con estas sugerencias, terminamos estos estudios bíblicos, esperando que sean de bendición para todos aquellos hermanos(as) que desean y tienen el llamado y el don para ser maestros de Escuela Dominical.

A Dios sea toda la gloria.


Notas: Estudios elaborados por Giancarlo Pellegrino, puede usarlos con toda libertad.