6.18.2008

DIGNO EJEMPLO

(tomado de las sociedades biblicas unidas)

Esparcir el mensaje bíblico en la nación montañosa de Nepal
«Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas»
NEPAL (LaBibliaWeb.com /SBU) – Mientras el vehículo de la Sociedad Bíblica saltaba y zigzagueaba a lo largo de la carretera llena de huecos, sus ocupantes hablaban de lo que hasta el momento habían logrado ese día. Habían salido temprano en la mañana para llevar Escrituras a iglesias de pueblos y villas localizados a varias horas de viaje por carretera de la capital, Katmandú, donde tiene sus oficinas la Sociedad Bíblica.
De repente, justo a las afueras de una villa llamada Simal Tandi, en el Distrito de Chitwan, el vehículo emitió un sonido extraño y el motor se paró. La correa del ventilador del antiguo pero muy querido vehículo, se había roto. Se encontró a un mecánico del lugar, pero no pudo repararlo y el equipo se vio obligado a esperar a que llegara la grúa.
A la pálida luz de la noche temprana, un hombre sonriente se acercó y se presentó. Era Nischal Lama, un pastor local. Estaba preocupado por ellos y se ofreció para llevarlos a pasar la noche en algún lugar. Sin saber quiénes eran los viajeros, también les dijo que quería darles un folleto especial: una Selección bíblica llamada Liberación de los problemas.
El equipo de la Sociedad Bíblica se alegró de conocer al señor Lama y ver que la Selección bíblica que habían publicado varios años antes, todavía se usaba activamente. Liberación de los problemas se ha distribuido ampliamente entre las iglesias de todo Nepal, y la Sociedad ha escuchado numerosas historias de cómo ha ayudado a llevar a mucha gente a Cristo.
A pesar de los retos a los que se enfrenta la obra bíblica en este país pequeño y montañoso, entre ellos carreteras llenas de huecos, pobreza, inseguridad, villas remotas e inaccesibles y la preeminencia de otras religiones, especialmente del hinduismo, el mensaje de la Biblia está alcanzando a la gente y transformando vidas.
La Sociedad Bíblica cuenta con quince empleados, todos entusiasmadamente comprometidos con el trabajo que realizan. Su profesionalismo ha dado ganancias: la Sociedad es bien respetada por las iglesias y otras organizaciones paraeclesiásticas que activamente buscan su asistencia.
La Liga de Distribución Bíblica, por ejemplo, hace poco le encargó a la Sociedad la publicación de treinta mil Selecciones bíblicas, y pidió otras cien mil con la visión de entregar una Selección gratuitamente a todos los escolares del país.
Jas Tamang está a cargo de la venta y distribución de Biblias desde hace doce años. Le apasiona su trabajo y personalmente entrega las Escrituras en iglesias, librerías cristianas y organizaciones paraeclesiásticas del Valle de Katmandú, la única zona donde hay un nivel razonable de seguridad. Para entregas fuera del Valle de Katmandú, la Sociedad Bíblica emplea una compañía comercial de transporte. No tiene locales de venta propios, fuera de su propia oficina en Katmandú.
Aunque Nepal experimenta un período de paz, que se espera continúe, hace un tiempo tuvo lugar una fiera lucha entre los maoístas (comunistas) y las tropas del gobierno. Las muchas barricadas en las que los vehículos eran requisados rigurosamente dificultaron la entrega de Biblias fuera de Katmandú, especialmente porque en ese entonces la Sociedad no estaba inscrita oficialmente.
Si bien la inscripción oficial en marzo del año pasado ha sido de mucha ayuda para el trabajo de la Sociedad y puede distribuir abiertamente las Escrituras en todo Nepal, todavía hay grandes regiones del país que son inaccesibles por carretera. Esto es causa de frustración para el señor Tamang.
«Tenemos muchos deseos de alcanzar a esta gente, pero no podemos», dice. «La única manera de entregar Biblias en muchas villas es a pie o lanzándolas desde un avión. Esto último es muy caro, y las condiciones del clima lo hacen imposible, de todas maneras, especialmente en los Himalayas.
Ocasionalmente algunas iglesias de Katmandú emprenden viajes misioneros a esas regiones y distribuyen Biblias. Así que, aunque no puedo alcanzar a todo el mundo en persona, por lo menos puedo ayudar a enviar Biblias para que puedan ser salvos».
Pero hay también otros retos, incluso el hecho de que los nepaleses en su mayoría son extremadamente pobres y deben mantener familias numerosas. «El jornal promedio diario en las ciudades oscila entre ciento cincuenta y doscientas rupias nepaleses (US$ 2,50 a US$ 3,50) al día», explica Nabin Raj Moktan, el funcionario de mercadeo y promociones de la Sociedad. «En las zonas rurales, aunque los agricultores tengan suficiente alimento para comer, no tienen plata para gastar».
Necesidades y opinionesDurante sus viajes a las iglesias del país para promover la Sociedad y su trabajo, el señor Moktan recaba datos acerca de las necesidades de las iglesias y lo que opinan de los productos de la Sociedad Bíblica como calidad, diseño y accesibilidad financiera.
«Las respuestas que obtenemos acerca de la accesibilidad financiera son interesantes», comenta. «Hay personas que piensan que porque la Biblia es la Palabra de Dios no debe venderse demasiado barata. Sin embargo, necesitamos ser realistas en cuanto a la situación económica de la gente. Por esto tratamos de mantener un equilibrio entre estas dos cosas». Con todos estos esfuerzos combinados, la Sociedad ha visto un sorprendente aumento de la distribución de la Biblia en los últimos pocos años: de apenas quince mil Nuevos Testamentos y Biblias en 2001, distribuyó cerca de ciento treinta y dos mil en 2006. Y con un cálculo de setecientos mil cristianos en Nepal, la Sociedad está decidida a seguir aumentando la distribución bíblica hasta que todos ellos tengan una Biblia.
También se enfoca en hacer que el mensaje de la Biblia esté más accesible a personas de todas las condiciones sociales.
Lo hace de diversas maneras: por medio de proyectos de traducción para hacer que el texto sea más entendible y exacto, a través del programa La fe viene por el oír, de la provisión de Escrituras en Braille, incluso la Biblia completa en nepalés, himnarios y Selecciones bíblicas, y por medio del desarrollo de Escrituras para niños.
Semblanza de NepalIncrustado entre dos gigantes —la China y la India— el pequeño país de Nepal, sin salida al mar, es sinónimo de aventura y de misterio. El lugar de ocho de las montañas más altas del mundo, entre ellas la más alta de todas, el Monte Everest, atrae a viajeros y exploradores de todo el mundo, ansiosos de probar su valentía y resistencia.Pero el potencial turístico de Nepal se ha visto tronchado por su política turbulenta. Desde la década de los años sesenta, bajo el sistema hindú llamado panchayat, se prohibieron los partidos políticos y los no hindúes fueron perseguidos. Como resultado, la Iglesia se convirtió en subterránea.Aunque ha habido mayor libertad religiosa desde 1990, ningún gobierno ha sobrevivido más de dos años. El país también se recobra de una década de conflicto mortal entre el gobierno y un movimiento comunista —el maoísta— que mató a más de doce mil personas.Hoy Nepal está al borde de un gran cambio: si se llevan a cabo las elecciones planeadas para el mes de abril, y los partidos gobernantes actuales ganan, el rey abdicará al trono y Nepal se convertirá en un estado democrático federal.Nepal es uno de los países más pobres del mundo, con un cálculo de un cuarenta por ciento de la población viviendo en la pobreza. Por eso muchos de sus ciudadanos se trasladan a la India, al Golfo, a Malasia y a otros países en busca de trabajo.
ESTADÍSTICA:Población: 28.901.790 (julio 2007 cál.)Religiones: hinduismo (80,6 por ciento), budismo (10,7 por ciento), islamismo (4,2 por ciento); kirat, una religión indígena (3,6 por ciento); cristianismo (0,5 por ciento); otras (0.4 por ciento).Idiomas principales: Nepal es una sociedad multiétnica y multilingüística, con por lo menos once idiomas principales. Pero el nepalés es la lengua materna de cerca de la mitad de la población, y la lengua oficial.Ingreso per cápita: US$ 1.500 (2006 cál.)
FOTO:1 - Vista aérea de los Himalayas, Nepal [foto: SBU/Terje Hartberg]2 - Pobreza [foto: SBU/Bruce Millar]