
2:1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 2:3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor. 1 Pedro 2: 1 al 3
5:10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 5:11 A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. 1 de Pedro 5:10 y 11
2:1 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. 2 Timoteo 2:1
El crecimiento espiritual de los cristianos, depende de la gracia del Espiritu Santo para crecer espiritualmente y de la confianza de cada uno de nosotros en esforzarnos para que esto ocurra en nuestras vidas, ciertamente como niños que confían en sus padres para crecer y tomar lo que ellos nos daban, así debemos dejar que el Espíritu Santo, trabaje en nuestras vidas y nos lleve a la estatura de aquel varón perfecto nuestro Señor Jesucristo. Pero esto se logra en mutua cooperación, cada uno haciendo lo que le corresponde, nosotros alimentandonos de esa leche espiritual que es la Palabra de Dios y obedeciéndola y Espíritu Santo obrando en nuestras Vidas.
Por ejemplo el es quien pone en nosotros el querer y el hacer por su buena voluntad, y por tal razón debemos hacer nuestra parte, Pedro dice:
1:3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 1:4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 1:5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 1:6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 1:7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 1:8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 1:9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 1:10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 1:11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Aquí, podemos ver como debemos estar creciendo en esa gracia de nuestro Señor Jesucristo para que podamos crecer a esa estatura que nos habla Pablo:
4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 4:12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 4:14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 4:16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
Efesios 4: 11 al 16
Solo cuando llegamos a la plenitud de Cristo, y esto es en toda nuestra vida como cristianos, podemos entender y comprender lo que es el verdadero amor de Cristo y luego nadie nos podrá separar de ese amor. Lea en romanos ocho lo siguiente:
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