4.18.2008

DIA DE LA TIERRA


LOS VERTEDEROS

Los vertederos son muy necesarios pero sin duda son también grandes fuentes de contaminación. Muchos vertederos no están controlados por las autoridades. Para que los vertederos dejen ser fuentes de contaminación, hay que separar y reciclar los residuos.
La eliminación de los residuos sólidos urbanos deberá llevarse a cabo evitando toda influencia perjudicial para el suelo, vegetación y fauna, la degradación del paisaje, las contaminaciones del aire y las aguas y, en general, todo lo que pueda atentar contra el ser humano o el medio ambiente.
Millones de toneladas de residuos sólidos urbanos (basuras), industriales y hospitalarios, y escombros son vertidos cada año de forma incontrolada o "controlada" en terrenos más o menos próximos a los núcleos de generación -urbanos o rurales-, en el interior y en las costas del Estado español: son los vertederos o basureros.
La composición de la basura es reflejo de la actual sociedad de consumo cuyos hábitos están dirigidos a la compra de productos de "usar y tirar" que, lejos de ofrecernos una mejor calidad de vida por la supuesta comodidad de su empleo, nos conducen a una irrefrenable generación de residuos. Estos productos tienen un exceso de embalaje, o son envasados con materiales no reutilizables ni reciclables, como los plásticos, y, una vez finalizada su utilidad, se "tiran a la basura". Sin embargo, la basura no desaparece sino que se traslada, la mayoría, a vertederos.El impacto ambiental y sobre la salud pública que ocasionan los vertederos enormes "bolsas de basura" es cada vez más grave, pues el volumen de los residuos continúa creciendo sin que se tomen medidas para reducir su generación.
En España, se generan cada año 44,8 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos, de los cuales, el 31,28% es vertido de forma incontrolada, el 48,97% "controlada", el 14,80% se composta y el 4,95% se incinera (MOPT, 1991).En los vertederos, se producen reacciones químicas y biológicas entre los constituyentes de la materia orgánica e inorgánica. Los productos tóxicos resultantes son arrastrados por el agua de la lluvia (lixiviados) contaminando el suelo y las aguas subterráneas, o emitidos a la atmósfera (en forma de gases) contaminando el aire.Cuando las basuras se vierten directamente al mar, normalmente a través de acantilados, se produce la degradación del ecosistema marino.
Los vertederos ocasionan contaminación ambiental (aire, tierra y agua), efectos perjudiciales sobre la salud pública (por la contaminación ambiental y por la posible transmisión de enfermedades infecciosas por los roedores que los habitan), degradación del medio marino e impacto paisajístico.Además, suponen un derroche de recursos y de energía que podrían aprovecharse y de un espacio, que ya no podrá ser recuperado.
Los vertederos contaminan el aire
El gas metano, resultante de los procesos de fermentación anaeróbica (en ausencia de oxígeno) de la materia orgánica supone el 50% de las emisiones de gases producidas en los vertederos. Es un gas explosivo y causante de los incendios accidentales que se producen en los vertederos. Este gas y el anhídrido carbónico, producido durante la quema de las basuras, son los responsables principales del calentamiento global o efecto invernadero.Otros gases emitidos en los vertederos son el cloruro de vinilo, benceno, tricloroetileno y cloruro de metilo de efectos tóxicos o cancerígenos.Durante los incendios accidentales o provocados se liberan a la atmósfera sustancias altamente tóxicas como las dioxinas, al arder productos clorados, en especial los plásticos de cloruro de polivinilo (PVC) de amplio uso (envases de alimentos y bebidas, embalajes, juguetes, tuberías, etc.).
Como consecuencia de la combustión de los productos clorados, se emite también ácido clorhídrico, que ocasiona afecciones respiratorias e irritación de las mucosas.
El suelo y las aguas subterráneas
Los lixiviados arrastran las sustancias tóxicas producidas en el vertedero. La Agencia de Medio Ambiente de EE.UU. (USEPA) ha analizado hasta 200 compuestos diferentes presentes en los lixiviados en los vertederos de residuos sólidos urbanos. Algunos como cloruro de vinilo, cloruro de metilo, tetracloruro de carbono, clorobencenos (de los que destaca el hexaclorobenceno, por su toxicidad) y arsénico son sustancias cancerígenas.Al igual que el resto de las sustancias organocloradas, son persistentes y bioacumulativas en todos los eslabones de la cadena trófica.El plomo, cadmio y el mercurio son metales pesados presentes en los lixiviados de los vertederos. El plomo procede principalmente de las baterías de los coches y de aparatos electrónicos, plásticos, vidrio, cerámica, pigmentos, etc. El plomo ocasiona lesiones cerebrales en los niños e hipertensión arterial en adultos. El mercurio produce lesiones renales y neurológicas.Las fuentes de cadmio y mercurio son fundamentalmente las pilas. El cadmio, además, se encuentra en los aparatos electrónicos, plásticos, etc.; produce lesiones renales y hepáticas.
La contaminación del agua de los pozos y acuíferos tiene consecuencias perjudiciales para la salud humana.y degradan el medio marino.
El vertido de residuos sólidos urbanos y escombros al mar
A través de acantilados como el escandaloso ejemplo de Horcas Coloradas, en Melilla es una práctica habitual en las costas españolas.
Entre un 45% y un 80% de los objetos flotantes encontrados en el mar Mediterráneo son plásticos. Su ingestión, directa o indirecta, por parte de los organismos marinos es uno de los principales problemas que ocasionan.Los plásticos tienen un grave impacto en la vida marina. Algunos animales los ingieren por error, como las tortugas marinas, que confunden los plásticos con las medusas, componente fundamental de su dieta. Ello les provoca obstrucciones intestinales e incluso, la muerte. Del mismo modo, algunas aves quedan atrapadas por plásticos que les ocasionan laceraciones, estrangulamientos y pueden provocarles la muerte.Los vertederos "controlados" son depósitos de residuos en los que se "garantiza" que los líquidos de lixiviación no van a contaminar el suelo o las aguas subterráneas; para ello, deben disponer de sistemas de recogida de los lixiviados para ser tratados posteriormente. Sin embargo, la realidad es diferente. Los vertederos supuestamente controlados tienen fugas de gases y de lixiviados. Según la USEPA.
Existen buenas evidencias teóricas y prácticas de que los componentes tóxicos que se echan en los vertederos con casi seguridad emigrarán de estos depósitos al medio ambiente.Autor: Greenpeacewww.greenpeace.es
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